Desde el momento en que empiezas a cimentar, toda la responsabilidad recae sobre ti. Como arquitecto, supervisarás cada etapa de la construcción: desde colocar el refuerzo hasta cablear cada oficina y apartamento. Como propietario, debes atraer inquilinos y asegurarte de que estén satisfechos y paguen a tiempo. Como desarrollador inteligente, deberías buscar beneficios e invertir en el futuro. Toma las decisiones correctas, y tu rascacielos tendrá una fila de personas deseando vivir y trabajar en él, pero toma las decisiones equivocadas, y tu reputación quedará destrozada.